25 sentimientos con nombres curiosos.
La mayoría de nosotros habremos escuchado el término wanderlust en algún momento. Esta palabra ha sido explotada hasta la saciedad en anuncios publicitarios y cursillos pseudocientíficos que garantizan alcanzar la felicidad y el éxito en un periodo de tres meses. Pero ¿qué significa realmente? A nivel etimológico, esta palabra unifica los términos germanos wandem (vagar) y lust (pasión) por lo que podríamos traducirlo como pasión por vagar o en este caso por viajar. A pesar de esto, el término wanderlust adquirió un significado más elevado. Ya no se trataba únicamente de la afición por conocer el mundo, sino de la necesidad. Poco a poco esta palabra acabó definiendo un sentimiento con el que mucha gente se sentía identificada.
Aunque sea uno de los ejemplos más famosos, desde luego no es el único. Todos nos hemos encontrado ante situaciones que han despertado sentimientos o emociones que parecen no tener nombre. Estas situaciones son precisamente en las que se centra el trabajo del artista gráfico John Koenig. En su web, the dictionary of obscure sorrows ofrece una enorme recopilación de sentimientos y situaciones que aunque comunes, parecen no tener una palabra que los defina.
A continuación os presentamos algunos de los más curiosos.
1.- Lilo.
Recuperar una antigua amistad y sentir como si no hubiera pasado el tiempo.
2.- Midding.
Una sensación de calma y placer al estar cerca pero no dentro de una reunión social.
3.- Pâro.
El sentimiento de que hagas lo que hagas siempre hay algo que está mal.
4.- Scabulous.
Sensación de orgullo por una cicatriz de tu cuerpo.
5.- Kuebiko.
Estado de hastío ante un acto de violencia extrema que nos lleva a preguntarnos de qué es capaz el ser humano.
6.- Lachesism.
Deseo de sobrevivir a un desastre natural o a un hecho traumático con la finalidad de ensalzar nuestra propia existencia.
7.- Exulansis.
La tendencia a dejar de hablar de un hecho o acontecimiento que los demás parecen no entender.
8.- Opia.
Sensación ambigua de alta intensidad al mirar a alguien directamente a los ojos y sentir que es un acto invasivo que a la vez nos hace vulnerables.
9.- Liberosis.
El deseo de preocuparnos menos de las cosas y volvernos más flexibles.
10.- Vemödalen.
La frustración de fotografiar algo impresionante pero darnos cuenta de que ya existen infinidad de fotos idénticas.
11.- Kairosclerosis.
La sensación que experimentamos cuando nos damos cuenta de que somos felices en un momento concreto y tratamos de disfrutarlo, lo que reduce dicha felicidad.
12.- Adronitis.
Frustración por el tiempo que se tarda en conocer a alguien.
13.- Gnossienne.
El momento en el que nos damos cuenta de que alguien a quien conocemos desde hace años sigue teniendo una parte privada y misteriosa que no conocemos.
14.- Monachopsis.
Un sentimiento sutil pero persistente que nos hace sentir que no somos parte de un grupo o no pertenecemos a un lugar.
15.- Mimeomia.
La frustración de saber que cumplimos un estereotipo, especialmente si es injusto.
16.- Sonder.
Sensación al darse cuenta de que cada persona tiene una vida tan importante y compleja como la nuestra y nunca podremos conocerlas todas, que no somos los protagonistas absolutos.
17.- Jouska.
Una hipotética conversación con otra persona que reproducimos de forma compulsiva en nuestra cabeza como un pensamiento intrusivo.
18.- Ecstatic shock.
El sentimiento al notar que la persona que nos gusta nos está mirando. Comienza por el estómago y termina subiendo hasta materializarse en una sonrisa automática.
19.- Chrysalism.
La sensación de seguridad y tranquilidad al mirar una tormenta por la ventana de nuestra casa o lugar de trabajo.
20.- Moledro.
Sensación de conexión intensa con un autor o artista al conocer su obra.
21.- Trumspringa.
La tentación de abandonar nuestra vida y optar por una que creemos más sencilla.
22.- Ambedo.
Estado de profunda inmersión en uno o varios detalles o sensaciones de forma muy vívida como el sonido de la lluvia o el movimiento de la cuchara en el café.
23.- Aimonomia.
El miedo a que aprender el nombre de algo que acabamos de descubrir (un pájaro, una constelación o una persona que nos resulta atractiva) le quitará el misterio y la gracia.
24.- Lethobenthos.
El hábito de olvidarnos de lo importante que es una persona para nosotros hasta que volvemos a encontrarnos con él o ella.
25.- Gnasche.
El intenso deseo de morder a una persona que quieres.
¿Por qué son importantes estos sentimientos?
Hay que recordar que todos estos términos son invención de Koenig y no están reconocidos. Sin embargo, la mera existencia de estas palabras y sus definiciones nos lleva a cuestionarnos por qué son necesarias. La experiencia vital humana es compleja y aunque sabemos que las emociones básicas son sorpresa, asco, miedo, alegría, tristeza e ira, muy pocas veces podemos experimentarlas de forma pura. De hecho seguro que algunas de estas definiciones han conseguido hacernos pensar o recordar un momento en el que nos sentimos así.
Las emociones son ya de por sí experiencias complejas, pero la vida en sociedad, las expectativas y los modelos de conducta aprendidos las complican aún más, tanto que a veces somos incapaces de reconocer qué estamos sintiendo, generando aún más sensaciones, en este caso especialmente negativas o de confusión. Esta disonancia entre lo que pensamos y sentimos puede hacer que nos sintamos solos, confusos o incomprendidos.
Ser capaces de sentirnos comprendidos o similares a otra persona pone en marcha mecanismos de pertenencia que nos llevan a reducir nuestras sensaciones de ansiedad o depresión. Ya sea por mera curiosidad o por la necesidad de sentir que alguien nos comprende, esperamos que hayáis disfrutado de estas curiosas expresiones.