¿Cómo detectar a un manipulador? 1

Son muchas las ocasiones en las que alguien expresa en consulta que se siente “manipulado” por otra persona. Algunas otras, hay un sentimiento de extrañeza, culpabilidad e incluso desconocimiento  sobre las causas que están motivando cierta conducta, así como la percepción de incapacidad para detenerla. Pero, ¿sabrías describir en qué consiste la manipulación psicológica? Y, ¿Cómo detectar a un manipulador?

Podríamos definirla como la influencia que se ejerce sobre alguien para obtener ciertos objetivos, como atención, cuidado, favores económicos, etc. Sin embargo, con esta definición olvidamos aspectos sumamente importantes: la distorsión mental y la explotación emocional que sufre la persona manipulada, pues el objetivo va más allá de obtener beneficios a través de estas acciones: se trata de ejercer control.

El manipulador emocional se aprovecha de su víctima generando un desequilibrio de poder. La sensación que mencionaba previamente de incapacidad para detener la manipulación, proviene de la pérdida de seguridad en uno mismo. ¿Cómo detener algo que ni siquiera somos conscientes de que se está produciendo? Y si llegamos a serlo, ¿nos sentimos anulados, perdidos?

En primer lugar, debemos aprender a detectarlos.

¿Cómo detectar a un manipulador? 2
Manipulación.

¿Cómo es un manipulador emocional?

  1. Egocentrismo.

Se trata de personas que pueden ser descritas como egoístas, que anteponen constantemente sus intereses, deseos y necesidades a los de los demás.

Puede que pregunten cuáles son las preferencias de los otros, pero acaben “saliéndose con la suya”, quizá fingiendo tener en cuenta otras opiniones o dando por hecho que el resto están de acuerdo. Con el transcurso del tiempo, esto deja de producirse, ya no preguntan, nos da la sensación de que “les da igual”, e incluso llegan a imponer sus decisiones. Sentimos que debemos adaptarnos y nos sorprendemos siendo siempre los que cedemos.

  • Falta de empatía.

Más allá de un gran egocentrismo, lo que se esconde, en realidad, es una incapacidad real para ponerse en el lugar de los demás. En algunos casos de mayor gravedad, ni siquiera son capaces de ver a las personas como tal, con sentimientos y necesidades, sino como meros “suplementos”, es decir, medios para alcanzar sus propósitos.

  • Facilidad para detectar las debilidades.

Pudiera parecer paradójico que siendo incapaces de entender al otro, tengan la habilidad de detectar los talones de Aquiles. No obstante, se trata de una habilidad más que les permite sobrevivir y satisfacer sus necesidades. Sus “víctimas” suelen ser personas con una alta sensibilidad emocional, amables, generosas, con un rol de cuidador muy marcado, es decir, dispuestas a ayudar y a anteponer las necesidades de los demás a las propias. Justo lo que a un perfil manipulador le fascina.

  • Irresponsabilidad.

Este tipo de personas suelen evitar asumir la responsabilidad, especialmente en lo que respecta a las consecuencias de sus decisiones, actos y palabras. Aunque sienten remordimientos, sí que son capaces de pedir disculpas, mostrarse arrepentidos y hacer promesas de cambio. Una vez más, con el objetivo de sacar algún tipo de provecho con ello.

  • Maquiavelismo.

Son expertos en crear dinámicas donde se fomenta la rivalidad y los celos. Cual titiritero moverá audazmente los hilos pertinentes para crear situaciones conflictivas.

Como muchos estaréis pensando, es harto complejo identificar a una persona de este tipo, pues suelen ser camaleónicas, suelen saber qué decir para agradar a cada persona y en cada situación. No obstante, esta también es una clave para poder identificarlas: personas “de doble cara”, que recurren con frecuencia y facilidad a la mentira y en las que nos cuesta confiar.

Si te has sentido identificada o identificado con alguna de estas situaciones, ya sea con amigos, pareja, compañeros, jefes de trabajo o familia, y te gustaría saber cómo salir de esta dinámica, ponte en contacto con nuestro gabinete.