Una pareja que ha resuelto sus problemas sexuales

La intimidad, la pasión y el compromiso son los tres elementos que forman parte de lo que se conoce como amor pleno o amor completo según la teoría triárquica del amor de Robert Sternberg, de la que hemos hablado ya de forma más extendida en nuestros anteriores artículos sobre terapia de pareja.

De acuerdo a esta concepción de amor pleno, la presencia de los tres factores se convierte en imprescindible y fundamental para el funcionamiento óptimo de la pareja.

¿Cómo nos afectan los problemas sexuales en pareja?

Una de las consultas más frecuentes en terapia de pareja tiene que ver con el aspecto sexual de la relación, ya que a menudo aparecen problemas (que no tienen una causa orgánica o biológica diagnosticada) que interfieren en la vida sexual y dificultan la aproximación entre los miembros de la pareja.

En estas dificultades, que pueden tener trazos de los tres elementos arriba mencionados (intimidad, pasión y compromiso), suelen contar con un mayor peso los componentes de pasión y de intimidad, teniendo un menor impacto el compromiso que, en este caso, se podría desligar como una extensión de problemas de intimidad.

Comenzando por la pasión, podemos decir que ésta se fundamenta por una parte en aspectos biológicos y, por otra, en aspectos emocionales y conductuales que observamos en nuestra pareja.

La biología, y más concretamente, la química, es un componente esencial en la parte de pasión. Cuando nos sentimos atraídos por alguien, liberamos toda una serie de transmisores de tipo dopamínico y serotoninérgico que se asocian con la sensación de bienestar y de placer.

Además de esto, y aunque actualmente existe un notorio debate en la comunidad científica sobre el papel de las feromonas en los seres humanos, no podemos negar que existe un impacto tanto físico como emocional cuando reconocemos el olor de la persona amada.Pareja sin problemas sexuales

Esto puede ocurrir incluso aunque el olor no proceda de esa misma persona (ejemplo: alguien que lleve el mismo perfume en el autobús), dado que el reconocimiento de ese aroma familiar elicita una respuesta fisiológica y emocional de activación.

Una activación similar experimentamos cuando intercambiamos una mirada, un guiño, un abrazo o un beso.

En consonancia con esto último, el componente emocional y conductual que media en la pasión tiene que ver con el refuerzo positivo de las emociones que experimentamos al compartir un momento de placer como es el acto sexual y, también, el refuerzo de todas las conductas que se ponen en práctica en ese momento íntimo.

El componente pasional está presente de forma muy intensa al inicio de la relación, moderándose con el avance de la misma, aunque su “moderación” no debe entenderse como una tendencia a la desaparición, sino como una adaptación de la fase inicial del amor (enamoramiento) hacia fases posteriores en las que la sobreactivación del comienzo se ha regulado.

La pasión, en mayor o menor medida (algo que dicta la propia relación), siempre está presente en la pareja como un elemento fundamental que les permite unirse de una forma física y emocional más allá de su propia intencionalidad de compromiso en la pareja.

En esta línea, la sexualidad es una forma de mostrar la vulnerabilidad de dos personas que se desnudan física y mentalmente buscando hacer del momento (lo que dure) y espacio (lugar y cuerpo de la otra persona) una obra de culto y satisfacción para ambos.

La intimidad, como factor mediador, tiene que ver con el grado de confianza, el deseo de compartir, el nivel de cercanía entre ambos, la posibilidad de expresar y hacer con libertad, etc., y puede servir como facilitador de la actividad sexual o, en caso de existir algún tipo de conflicto, como una barrera para la misma.

¿Cómo se abordan los problemas sexuales en terapia?

En primer lugar, como psicólogos es importante que contemplemos con la pareja que acude en busca de apoyo psicológico la posibilidad de que exista algún tipo de problema físico u orgánico.

Es muy probable que la propia pareja facilite esta información y, en caso de no haber ningún tipo de explicación biológica, podemos entender que las dificultades (en más de una ocasión, de tipo somático) que pueden estar experimentando en el campo sexual seguramente se deben a cuestiones de tipo psicológico relacionadas con aspectos de intimidad y de pasión.

Resulta fundamental la exploración del tipo de relación establecida en la pareja, los roles que cumple cada uno de ellos, el tipo de interacción, los patrones comunicativos, el apetito sexual de cada miembro y el tipo de dificultad que están viviendo en el momento de la consulta.Esta pareja ha superado un problema sexual

A menudo, los problemas sexuales se pueden entender como una desconexión entre los miembros de la pareja, por lo que es esencial que localicemos con ellos el punto a través del cual podemos volver a alcanzar una nueva conexión.

Este punto puede atravesarse resolviendo algunas cuestiones relativas a la intimidad (falta de confianza, de autoestima, de expresión emocional, celos, etc.) o al componente pasional (preferencias, aspectos menos placenteros, etc.), con frecuencia recomendando que se evite el uso de la palabra en el propio encuentro sexual, limitando la comunicación al empleo de herramientas que les faciliten un contacto más directo y menos sesgado.

En definitiva, el abordaje de las dificultades sexuales abre un amplio abanico de posibilidades, como infinitas son las combinaciones entre personas y con respecto al amor.

No obstante, como profesionales de la salud, tratamos de valorar siempre todas las opciones disponibles para que cada pareja pueda contar con las herramientas que mejor se adapten a sus necesidades y a su situación.

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